Big Data, el análisis de la información como base para conocer bien tu mercado

El impacto del Big Data en las empresas todavía no ha terminado de producirse. La tecnología ha abierto la puerta a unas herramientas que antes eran impensables y que se fundamentan en el análisis de grandes volúmenes de información para impulsar la productividad de las compañías, pero todavía no ha llegado a todas.
El uso del big data en el sector inmobiliario
De forma resumida, el Big Data consiste en obtener toda la información que se pueda obtener del mercado, analizarla y estructurarla de forma que sea útil para facilitar la toma decisiones. Datos en Internet hay muchos, pero el problema no es recogerlos, sino saber interpretarlos.
El sector inmobiliario es un caso claro de sector con un volumen ingente de datos colgados en Internet. Lo que se conseguiría con herramientas de Big Data es tener la capacidad de analizar y seleccionar la información precisa en cada momento o para cada cliente o empresa, lo que sí resulta en una ventaja competitiva.
Con este tipo de herramientas se puede saber qué se está vendiendo en estos momentos, qué se ofrece en cada ciudad, barrio o zona, en qué calidades o con qué características. El Big Data aplicado al sector inmobiliario supone un ahorro de costes, puesto que con los mismos recursos impulsa el volumen de operaciones. Así, estas herramientas mejoran la facturación y el beneficio de una empresa.
Además, la información analizada a través de estas herramientas es transparente y fiable, dado que está basada en una recogida de datos rigurosa y, sobre todo, en tiempo real. Tanto es así, que gracias a el Big Data se pueden crear modelos predictivos que adelanten las tendencias en base a lo que ha ocurrido antes en otros mercados.
Análisis de información para evitar errores pasados
De esta manera, algunos expertos del sector inmobiliario consideran que estas herramientas habrían reducido el impacto de la burbuja que se pinchó en España entre 2005 y 2006 porque habrían avisado de recalentamiento en algunos sectores o zonas geográficas y habrían permitido el cambio hacia otros de mayor demanda y los inversores no se habrían quedado ‘pinchados’ en activos de más difícil salida.
Si traemos al presente lo que presumimos que puede traer el Big Data, en un momento en el que la burbuja ya es historia, mediante estas herramientas podemos evitar repetir errores pasados reduciendo los riesgos de las inversiones, tanto por la optimización de los procesos, como del abaratamiento de costes.
Otro aspecto muy relevante también es la posibilidad de valorar la decisión de compra para los usuarios minoristas, que realizan en su vivienda la mayor inversión de sus vidas y que, por tanto, nunca contarían con suficiente información para poder tomar la mejor decisión posible.
Algunas empresas financieras como BBVA o Banco Popular han encontrado en estas herramientas la mejor forma de deshacerse de los activos inmobiliarios que acumularon por culpa de la crisis, y han impulsado el uso de plataformas basadas en Big Data que faciliten la toma de decisiones de los inversores o compradores minoristas.