¿Cómo serán las viviendas en 2030?

Hasta hace bien poco la idea de una vivienda inteligente era casi algo de ciencia ficción. Sin embargo, los nuevos desarrollos tecnológicos permiten mejoras en la habitabilidad que antes se podían considerar inalcanzables. De cara al horizonte del año 2030 muchas de las comodidades que ahora consideras fuera de tu alcance estarán dentro de las tendencias del mercado inmobiliario que se habrán implementado totalmente.
Sin embargo, no tienes que irte hasta el año 2030. Hoy ya existe tecnología aplicada que no solo mejora la calidad de vida en los hogares, sino que además es respetuosa con el medioambiente.
A qué llamamos vivienda o edificio «inteligente»
Cuando hablamos de una vivienda o edificio inteligente nos estamos refiriendo a aquel que con tecnologías como, por ejemplo, la sensorización o la aplicación del internet de las cosas es capaz de producir mejoras de confort, seguridad y comunicación con la propia vivienda. Todas estas mejoras permiten a las personas que lo habitan contar con una mayor seguridad, eficiencia en el uso de los recursos y sobre todo una gran comodidad. Una vivienda inteligente es capaz, por ejemplo, de detectar que la calidad del aire no es la adecuada, que los consumos se pueden optimizar y, además, ofrecer servicios de control de accesos. Viviendas con materiales más ecológicos, robótica, aplicaciones de big data o simplemente domótica son el futuro de los hogares.
La tecnología aplicada que cambiará la vida cotidiana
Estamos entrando en un nuevo universo tecnológico en el que las casas están conectadas con las personas para poder realizar tareas, incluso cuando no están en casa.
Tener un termostato tradicional significaba poder encender o apagar la climatización solo cuando estabas en tu domicilio, sin embargo, gracias al internet de las cosas ahora puedes utilizar el móvil para controlar la temperatura incluso cuando no estás.
No solo en el campo de la climatización hay importantes novedades, también en el aspecto de la seguridad, puesto que podemos controlar el acceso mediante claves y conocer en todo momento quién se encuentra allí.
La iluminación inteligente es otra de las aplicaciones de esta nueva ola de tecnología. Detectar cuándo nos hemos dejado las luces encendidas y que puedan apagarse en remoto es una ventaja. También lo es programar el encendido aleatoriamente para dar sensación de presencia.
El suministro de agua podrá ser controlado de manera eficiente detectando mediante sensores si hay fugas o problemas de seguridad en la potabilización.
En cuanto al gasto energético, podremos conocer instantáneamente el consumo de los electrodomésticos, así como saber si nos conviene el autoconsumo o el consumo de la red en cada momento.
Este aprovechamiento tecnológico redundará en una revalorización de los inmuebles, puesto que su conservación será mejor y más eficiente, aportando además un valor añadido respecto a aquellas propiedades que no estén completamente domotizadas.
La vivienda inteligente es el paso evolutivo lógico desde nuestras viviendas tradicionales, en las que no podemos controlar muchos parámetros, a un nuevo tipo de hogar que nos permitirá una vida mejor y más cómoda. Adelántate al futuro e infórmate hoy.