¿Destruirá la revolución digital los empleos de oficina?

Los políticos deberían dejar de esconder sus cabezas en la arena y de ignorar el hecho de que habrá una destrucción masiva de empleos por culpa de la revolución digital.
Eso dice Mike Cannon-Brookes, el co fundador de Atlassian. Sin embargo, Nick Wailes, un profesor de Innovación en la escuela de negocios de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) es más optimista.
“Mike Cannon-Brookes no es la primera persona que hace grandes predicciones sobre el impacto de la tecnología en el mundo laboral y, más a menudo de lo que parece, no se cumplen”, dice Wailes. “Pero pienso que es bueno tener esas conversaciones ahora porque hay claramente algunos impulsores del cambio”.
Una tendencia cada vez más inquietante en el mundo laboral es cómo la utilización de ordenadores cada vez más capaces está empujando a los profesionales de oficina.
“Hay un gran número de personas empleadas por su experiencia – su juicio, su conocimiento acumulado – y suelen estar bien pagados por ello”, indica Wailes.
“Pero ahora vemos el amanecer de cambios digitales que amenazan o minan la habilidad de ese conocimiento de dar un paso más – o que cambiarán su papel”.
Escenarios probables
“Creo que se ha exagerado mucho sobre la Inteligencia Artificial” dice Wailes. “Pero hay sistemas que son capaces de un gran conocimiento y de aprender de las experiencias pasadas para dilucidar cuál podría ser el comportamiento futuro o para hacer recomendaciones. Y pueden hacerlo muy rápido. Y pueden hacerlo a veces de forma más segura y con un rango más amplio que una persona”.
Las implicaciones para un gran número de profesionales son significativas, pero no necesariamente distópicas. Como ejemplo, Wailes indica que es casi imposible para un científico estar al día de las investigaciones sobre nuevos fármacos, combinaciones de fármacos y de cómo interactúan las unas con las otras.
Sin embargo, un sistema informático cognitivo podría comprobar las investigaciones existentes y hacer una recomendación una vez que el medico ha realizado un chequeo al paciente.
Una situación complicada
“Así, en este caso no se trata de que la IA sustituya al humano, sino de la IA extendiéndolo y aumentándolo” dice Wailes. Y creo que ese es el escenario más probable”.
Pero las líneas se están borrando. Fukoku Mutual en Japón ha sustituido a 34 asesores de seguros con un sistema de IA basado en la tecnología Watson de IBM, que escaneará los registros de los hospitales para determinar los pagos de la aseguradora valorando enfermedades previas, visitas a los hospitales, etc.
O Bridgewater, el mayor hedge fund del mundo. Según The Wall Street Journal, los ingenieros están desarrollando un software que se haga cargo de la gestión diaria de la firma. La nueva tecnología encerraría la poco ortodoxa gestión del su fundador, Ray Dalio.
Wailes cuenta una anécdota sobre Daniel Petre, un inversor en tecnología, filántropo y ex ejecutivo de Microsoft: “Me senté con Daniel y les dijo a los alumnos de un MBA sobre las industrias del conocimiento: Todos sois software, y sois un software que aún no ha sido codificado. Y se podía sentir un escalofrío atravesar la habitación”.
La revolución digital lo cambia todo
Los cambios tecnológicos han cambiado las industrias a lo largo de la historia y la gente ha tenido que encontrar nuevos empleos, adquirir nuevas habilidades y empezar nuevos negocios.
“Creo que estamos en una de esas transiciones. En las empresas actuales, incluyendo muchas industrias basadas en el conocimiento – consultoras, contabilidad, medicina, etc. – va a haber menos necesidades de que las personas tengan roles que pueden hacer las tecnologías”.
“Así en muchos casos esto significa actualizarse o de ser capaz de identificar como puedes aprovecharte de la tecnología en vez de luchar contra ella.”
Las empresas están metiendo tecnología para reducir costes. Por ejemplo, la judicatura automatizando los miles de emails y documentos necesarios para un juicio.
Mirando más lejos, un ordenador puede leer leyes y juicios codificados y muchas de las transacciones legales están muy estandarizadas. Así que puede imaginar una situación futura en la que no necesites a un abogado porque podrías pedirle a un ordenador la mejor forma de actuar en una situación o que te dé el mejor consejo sobre el asunto”, apunta Wailes.
El problema de la brecha digital
Pero es más preocupante la brecha digital. “Creo que hay una nueva desigualdad que dependerá de tu capacidad para haber aprendido y haber estado expuesto a estos sistemas y haber tenido la oportunidad de trabajar con ellos o no”, afirma.
“Y es una tarea urgente para los gobiernos, las universidades y los empresarios la de volver a la educación primaria y pensar en cómo podemos parar esta brecha digital. En cómo evitar excluir a tanta gente de la economía del futuro.
“Uno de los mayores impactos de la tecnología en la sociedad es en la gente incapaz de participar en la economía digital y que tendrá problemas para encontrar un modo de vida, o evitar quedar aislado social y económicamente”.
Bichos en el código
Nuestra dependencia de los ordenadores para darnos servicios esenciales y transacciones empresariales marca lo vulnerables que somos ante la efectividad de la infraestructura digital.
Pero los sistemas se caen y un fallo sistémico tendría implicaciones sociales y económicas catastróficas. “Datos, redes y nuestra dependencia de ellos implica que no son sólo cosas útiles que nos facilitan las empresas, sino una estructura esencial para los gobiernos y las personas”, indica.
“Por el momento son redes privadas. Y hay un debate sobre si algo tan poderoso, tan fundamental para nuestro día a día necesita supervisión pública y la regulación debería aumentar.
“Va a ser duro. Algo similar ocurrió con la electricidad, las carreteras y el agua. Pero creo que esta va a ser bastante dura – ver una legislación que asegure la igualdad del acceso y la consistencia de la oferta va a ser complicado”, afirma Wailes.
Resumen del artículo: “Will white-collar professionals be digitised away?”, publicado originalmente en Business Think el 27 de abril de 2017.